Entrenamientos de la vida

Nunca dejaré de sorprenderme con lo que aún puedo aprender y las cosas que he de escuchar y leer de otras personas. No importa la hora. No importa el momento, y es que es como la fría y la humilde muerte que puede llegar en cualquier situación. Tan puro y tan humano como la vida misma.

¿Pero, que es sino la vida? Bueno, es fácil si buscamos en un diccionario y buscamos su definición pero no es a esa vida a la que me estoy refiriendo. Vivir es un proceso duro, constante, con una rutina en la que seguro que uno de tus días serán iguales que alguno de tus anteriores, y seguro que serán iguales a los que faltan por venir. Da igual que experiencia sea, da igual con quien sea, o incluso da igual en que momento se realice pues la sensación tras irte a la cama solo puede ser satisfactoria, terrible o neutral. 

Ayer, sin ir mas lejos. Esta noche transcurrida, puedo decir con voz alta que han sido una de las noches, no mas felices, pero si de las mas intensas, y he tenido varias noches intensas, en las que con solo una década bajo mi costa, ya estaba sollozando delante de un ordenador, con una conexión de 56k por la ausencia de quien amaba en ese momento, entre muchos otros. Pero hoy ha sido distinto. Hoy ha sido intenso y con un sabor mas dulce que el de una tarta el día de tu cumpleaños. Se lo tengo que dar todo a esa persona. Esa persona que sabe quien fue la protagonista de estas lineas y estas palabras.

A veces, los malentendidos pueden provocar actos desagradables, o hasta guerras, ya sean de escala mundial o de barrios marginales, pero a mi sorpresa, también desatan actos que sin quererlo, no solo te remueve el corazón, sino que la sensación es similar a los anuncios exagerados sobre productos de limpieza, en los que pasan un paño por algún inmueble y queda hasta brillando, con la diferencia de que en esta ocasión no ha sido un producto de marketing, exagerando para comprar a alguien, sino algo que personalmente a mi, me ha hecho recapacitar, quitándome horas de sueño por el shock y ser una mejor persona.

Y es que entre suspiros, sollozos, orgasmos, derrumbes, gritos y espasmos es posible de sacar al animal que llevas dentro, lo que te hace sentir vivo, y lo que te hace sentir que estas ahí aconteciendo un episodio, tal vez no importante para el mundo, pero si importante en tu vida.

Sin embargo, lo que explica este texto es que a veces, el sentirse vivo también sucede en actos silenciosos, en los que solo se puede notar una pantalla luminiscente aclarando el rostro de una persona que poco a poco puede hasta llegar a sonreír.  Para conseguir esto, se ha de necesitar una cosa y que completamente rompe todos los esquemas de mis ideologías y ética moral. 

Se necesita a una persona mas humana que tu para que se pueda sentir esto. Se ha de depender de alguien para que te sientas vivo de esta manera tan viperina como si estuvieras en una selva frondosa y fuera ella la serpiente que sin darte cuenta te inyecta esa dosis de humildad. 

En la vida se ha de aprender, y con ello aplicar unas dosis de entrenamiento.

Pero es imposible de obtener dichos aprendizajes si la sociedad va decayendo, va creando muros opacos y hablamos de libertad cuando tenemos miedo a vivir en un mundo emocional, soñador, romántico y sentimental. 

Se necesita gente como ella.

Es una pena que entre tantas personas que habiten en este mundo

Sea un acto que compita directamente con las estrellas fugaces.

Solo ocurre muy pocas veces y es difícil verlo, pero esta ahí

A diferencia de los unicornios, dragones y hadas, que no.

La belleza, no es un producto del cine.